Cuando hablo de rostros luminosos y sin imperfecciones, me viene a la cabeza la piel de las japonesas.
¿ Cuál es su secreto? La doble limpieza.
Las occidentales tenemos todavía esa asignatura pendiente, aunque he de decir las mujeres españolas cada vez se preocupan más por la limpieza y luchan contra la pereza de limpiarse el rostro después de un largo día de trabajo, pero hoy os voy a dar unos consejos para dar un paso más hacia una rutina más laboriosa y que sin duda nos enseñan las mujeres con la piel más radiante y luminosa del mundo.
El ritual de belleza de las Niponas es sencillo, pero metódico y se conoce como La técnica de la Doble limpieza.
Se basa en dos principios: Tiempo y constancia.
Dedicarse tiempo, cada día 15 minutos por la mañana y la noche, por la mañana podemos acortar un poco.
Es necesaria la Constancia, convertir la limpieza y el cuidado facial en un hábito.
La técnica de doble limpieza consiste en realizar dos pasos para retirar cualquier tipo de residuos, maquillaje e impurezas en la superficie de la piel, siendo necesario aun cuando no te maquilles.
Yo siempre recomiendo para ello:
–Un limpiador graso (un aceite), y aconsejo un aceite desmaquillante que disuelva, sin esfuerzo y sin agresión, los restos de maquillaje y el sebo de la piel.
El modo de uso es sencillo, unas pocas gotas, aplicando en ojos y cara, los ojos se limpian con pequeños movimientos de abajo a arriba nunca frotando, después nos mojamos las manos y convertimos el aceite en emulsión y aclaramos con agua templada.
Posteriormente, haremos el segundo paso:
-Un limpiador suave jabonoso. Aplicamos una cantidad más o menos como una avellana y emulsionamos con agua, durante aproximadamente 1 minuto con movimientos circulares y aclaramos con bastante agua.
Especial atención con las aguas micelares, tónicos, toallitas, sprays de agua termal, no sirven como segundo limpiador.
Después, las japonesas suelen usar una loción reequilibrante.
Si se tiene tiempo, especialmente por la noche, después de la loción reequilibrante, aplicamos sobre el rostro una toallita templada.
El método es sencillo, yo uso unas toallitas de celulosa que son las que usan las peluqueras para quitar la humedad del cabello a modo de toallas, siendo estas de un solo uso, se mojan con agua caliente y se aplican sobre el rostro, se dejan reposar hasta que se enfríen y se repite una vez más.
Con esta técnica el tratamiento posterior penetrará a más profundidad, siendo mucho más eficaz.
Y ya está, aplicamos Sérum, contorno y crema según las necesidades de cada piel.
Por último, recordaros que si, vuestra piel tiene problemas, ha perdido luminosidad, esta reseca, te salen granitos o la ves menos bonita… podría ser que las cremas o los limpiadores que estás usando, no sean los más indicados para tu tipo de piel. Ponte en contacto conmigo, haré un estudio de tu piel para recomendarte la cosmética que realmente necesitas.
Espero haberos ayudado, la limpieza es esencial para que la piel esté sana, luminosa y reaccione bien a los tratamientos.
Cuca